25 oct. 2008

Ancel Fest, crónica

Viernes 17 y sábado 18 se realizó el tal de ancel fest en el velódromo de Montevideo. allí estuvieron los cumpas Martín Gularte y Carlos Almeida, entonces se mandaron esta crónica, un día cada uno:

8 y media, a 5 grados el rosadoaclaragarganta, apurando el paso para encontrarnos con el amigo que nos esperaba desde las 7. Hablando de la vida y todo lo demás, a mitad del parque Batlle el sonido claro de una batería hiper-conocida (y sí, nos confiamos en que el tipo cerraba).
-Ese es Marky, arrancó él.
-No jodas.
-Metemos quinta.
Corriendo, marcando los pasos al canto de “I don´t wanna be buried/in a pet semetary”, empinando el resto del Santa Teresa (marca registrada) llegamos a la puerta del Velódromo de la cuidad de Montevideo. “This next song is for Lemmy from Motorhead”, y pensé: “R.A.M.O.N.E.S.”. Bajamos las escaleras coreando con lo que nos quedaba de pulmón ese mítico himnno tribunero a medida que desaparecíamos entre la masa de gente, que a esa altura no era más que niebla.
Allá adelante, donde podés hablarle a la banda y seguro que (no) te van a escuchar, donde se forma la ronda punk que se vuelve pogo al primer acorde, una vez más, ahí estabamos.
Ya siendo uno más, vivimos la cuarta visita de Marky “Peluca” Ramone (acompañado por Hugo Díaz y Héctor Souto, guitarra y bajo de Trotsky Vengaran y Dave Brooks en voces) recorriendo un set list que ya forma parte de la memoria colectiva de casi todos los presentes: estamos hablando de I wanna be your boyfriend, Pinhead, Commando, one two three four!, etc, cierre clásico con Biltzkrieg bop, homenaje a su amigo Joey con What a wonderful World, de su disco Don´t worry about me. En fin, demasiada leyenda para reducirla a palabras. Gabba gabba hey y a otra cosa.
Pausa. Cerveza. El ovni que no pasa (http://www.taringa.net/posts/noticias/1647087/Desde-hoy-se-espera-la-llegada-de-un-OVNI.html). La Tabaré sonando en los parlantes. Los colombianos de “Tres de corazones” (¿plagio a “Seis De Copas? Nota mental, asesorarme legalmente) arrancaron y mantuvieron el ánimo durante la media hora que tocaron, salvando el escollo de ser la banda más desconocida de la grilla. Además, una banda contemporánea de punk que toca después de Marky Ramone, ¿CÓMO CARAJO LA REMÁS?
Imaginate la 25 tocando después de los Rolling, mismo dilema.
De cualquier modo, la cerveza estaba fría y el mostrador muy bien atendido y concurrido, nos quedamos con una buena impresión de la banda, una presencia escénica (saltos y demás) bien ensayada, interesantes ganchos rockeros que lamentablemente pasaron desapercibidos porque a fin de cuentas, los “Tres de corazones” pasaron a ser el relleno entre Marky Ramone y Trotsky, que tocaba después.
Cerveza. Atarse bien las zapatillas. Parecía la nave madre pero falsa alarma, era un Pluna vagabundo. La Marcha Imperial de John Williams suena por el sistema de audio.
-Trotskyseñal.
Acople de precalentamiento, un dó tré vá, todo puede estar mucho peor, Problemas, Un beso y una flor, Police on my back/hay que saltar, El alma en dos, sobredosis de punk ramonero al mejor estilo de “si lo sabe cante”, Guillermo “el vengador enmascarado” Peluffo disfrazado y bailando la versión de la banda de “The eye of the tiger” (la canción de Rocky), reconocimiento de la tribuna al grito de “gordo puto/gordo puto”, si a alguien le quedan dudas uno de los shows más descerebradamente disfrutables del rock uruguayo.
Vuelta a la barra a recuperar aliento, y a la vuelta de la misma a descargar líquidos innecesarios. Infaltable la parte de ir a comprar una cerveza y a la vuelta no saber dónde están tus amigos, “dnd stan? me perdí siguiendo la luna” decía el sms. Se podía votar por qué tema querías que cerrara la banda. Pregunta obligada, si en vez de Ancel Fest fuese Rosetex fest, ¿qué tendrías que hacer para que la banda toque el tema que te gusta? A todo esto, Hereford cantaba lo más simple de las cosas acompañados por una fan.
Era la primera vez que escuché a Catupecu Machu. Para ser franco, la primera vez que les prestaba atención más de tres minutos de corrido y la sorpresa fue grata: por un lado desconaron los parlantes con un noise pop que no crearon ellos pero que en su formulación no pasa desapercibido y por otro manejaron el escenario con la naturalidad de una “banda grande”. Hay que mencionar la bronca de (NOMBRE DEL CANTANTE) ante una bengala encendida en el público, sostenida (al parecer, a esa alturas de la noche los recuerdos se vuelven difíciles de retener) por uno que usaba una remera de Callejeros (y es conocida la posición de la banda ante los hechos Cromañon).
Vuelta a casa. Frase memorable “¿Y Hereford ya tocó?”, algo para comer en el camino y a reposar el cuerpo y las cuerdas vocales, el cielo todavía puede esperar.
CARLOS ALMEIDA


GRAFFOLITAS, REINCIDENTES, LA CHANCHA, LOQUILLO Y BUITRES.
19:45 llegamos a la puerta del Velódromo para no perdernos nada (es que el primer día los vivos se perdieron la mitad del show de Marky Ramone and Friends por llegar 20:30) junto a amigos con los cuales nos encontramos siempre que hay toques (y más si se trata de punk rock).
GRAFFOLITAS
20 en punto y mientras nos encontrábamos frente al Velódromo intercambiando opiniones de discos nuevos y bandas viejas y nuevas, y las expectativas por la jornada que comenzaba, escuchamos el arranque de Graffolitas y nos mandamos para adentro.
15 años siendo la abanderada del rock made in polla records de Uruguay y nuevamente un buen show. Nada especial ni novedoso. Tan solo un buen show.
Tocaron media hora y sonaron entre otros “Bajo El Ojo”, “Primavera En Alsacia”, “Refresca la Vida”, el gran “Huey P,T Guidai”, la muy buena “Guerra T.V”, “América Latina” y si mal no recuerdo el cierre estuvo a cargo de “Maquinas” (algo así como uno de los clásicos de la Graffo).
REINCIDENTES
Pausa para que desarme una banda y arme otra.
-“Eso es mucho equipo para La Chancha”
Y tenía razón…
Por los parlantes (y a la vez que se apagaban completamente las luces) salía una música confusa, la cual dio paso a “Yo Te Nombro Libertad” tema elegido por esa máquina de crear mentes pensantes llamada Reincidentes (personalmente, una de las mejores bandas que hay en el mundo) para arrancar el repertorio de su Gira Sudamericana de presentación de su último álbum: “América, Canciones de Ida y Vuelta”.
Y como una seguidilla de balazos directos a la conciencia de todos los presentes (los que en su mayoría cantábamos una a una las canciones que la banda hacia) fuimos testigos de uno de esos shows imperdibles y que se vuelven únicos e irrepetibles (concepto que voy a reafirmar cuando llegue mi comentario sobre Loquillo).
Como clásicos de la banda disfrutamos de: “Latinoamérica”, “Grana y Oro”, “Cucaracha Blanca” (que buena versión y con el estribillo modificado especialmente para la jornada), “Rip Rap”, una dura versión de “Ay, Dolores!”, y dos de esas canciones que son insuperables de los Reincidentes: “Vicio” (acaso su tema más conocido), y Jartos D´Aguantar (flor de tema).
Los puntos altos de la noche y en los cuales la banda demostró en vivo el compromiso social descrito en sus letras fueron la genial “Yaveh Se Esconde Tras Las Rejas” en la cual Fernando Madina al grito de ¡Palestina! pidió al final de la canción la muerte del Estado de Israel (“Hay que hacerles tragar su estrella/ahora ellos son Goliat/ Hay que hacerles tragar su estrella/ es su Holocausto, es su Holocausto”), la obra prima “Nazis Nunca Más”, la utópica y excelente “La Ciudad de los Sueños” de su disco Dementes y tres temas de su disco América, que personalmente me sonaron mejor que en el disco: “La Memoria” de León Gieco, “Casas de Carton” de Alí Primera (y aquí mi garganta ya estaba pidiendo un basural) y “Tablas” de “un músico de vuestra tierra, Dino” (dixit Fernando).
Y mejor cierre que el elegido, imposible. Pidiendo no olvidar a los muertos y desaparecidos de las dictaduras (la voz de Reincidentes les recordó a todos los presentes que España vivió 40 años de dictadura y que ellos también tienen miles de muertos y desaparecidos) cerraron con “La Republicana”, esa canción-homenaje a quienes murieron defendiendo la República Española, ese gran sueño de 1936 que termino en la pesadilla de la Dictadura de Franco.
Un show perfecto dentro del cual supieron combinar los clásicos de la banda con temas de sus discos más recientes aunque es bueno decir que faltaron algunos temas esenciales y el tema del nuevo disco que mas esperaba oir no figuro ni en figuritas (sic)… “Playa Girón”.
A pesar de eso como le dije a todos “Per-fec-to”.
LA CHANCHA
Una vez más ver a Bervejillo en acción (y van…) es un placer.
Cada canción la gente respondió “como un idiota en el medio de una hinchada” al decir de Pan y Circo. A pesar del poco tiempo se tocaron todo, mandándose un paseo por su discografía (recordar que su ultimo material, “Ya Somos Grandes” son versiones de canciones de ellos mismos cuando eran la Chancha Francisca).
No faltaron las bajadas de línea de Juan (sinceramente cada vez más me suenan demagógicas sus palabras aunque siempre tiene razón en lo que dice) como por ejemplo… “Espero que estemos aquí reunidos por la música y no por una marca, cualquiera ella sea” y “El rock no son solo los festivales sino que hay bandas que tocan en los bares para pocas personas”.
Comentarios aparte, tremendo toque, como siempre acostumbra dar La Chancha: “Limpio”, “Algo Nos Está Saliendo Mal”, imponente el discurso previo y también la canción “Todos Queremos Ser Parte del Show”, “Axidente”, “La Curiosidad No Mato Al Gato”, “Santa Mariguana”, “Un Graffiti En El Baño” (que placer escuchar una vez más ese tema en vivo) y creo que también hicieron “Una Enfermera”.
Ya al final de La Chancha vivimos el primer momento histórico de la noche y fue cuando Juan Bervejillo invito al escenario a “un grande de verdad, en todos los sentidos, alto, ancho y profundidad” y escuchamos la carcajada de Fernando y ahí si las cartas que estaban vistas fueron jugadas. Tocaron juntos “Comerse Un Buey” tema al cual Reincidentes versiono en el disco América, Canciones de Ida y Vuelta.
Otra gran show y mi voz que no daba más.

LOQUILLO. ROCK AND ROLL STAR.
Y esta vez fue la vencida.
Pasadas las diez y media subió al escenario una de las figuras mas importantes del rock español: José María Sanz más conocido mundialmente como Loquillo.
De impecable e implacable negro como un Johnny Cash en español apenas tomo el micrófono y como una forma de desahogo suspiro “Por fin Uruguay, por fin”.
Rock and roll con la fórmula clásica. Rock star ideado en base a la fórmula clásica. Y que bien le queda dicho papel.
Dos metros de altura (que en escenario parecían diez) y el físico de un jugador de rugby aumentan la figura de dandy que nos regala el Loco. Imagínense a Loquillo como un personaje salido de la pluma de Frank Miller para Sin City o un guerrero de los 300 pero vestido de gala.
Arranco con la bellísima “Rock And Roll Actitud” y nos regalo un concierto de rock duro sin tiempo para sus canciones mas lentas o intimistas (ni bien escuche los primeros tres temas se disiparon mis ganas de escuchar “Rock Star” “Diez Años Atrás” y “Balada Para Un Viejo Sombrero”.
De su alma fluyeron los versos que lo consagraron como uno de los poetas del rock español y de esa forma se metió al público uruguayo en el bolsillo.
Nuestros oídos fueron bendecidos con obras supremas de su discografía como “El Hijo de Nadie” “Arte y Ensayo”, “Las Chicas del Roxy”, “Rock Suave” (que de suave tiene solo el titulo) “Feo, Fuerte y Formal”, la impresionante “El Rompeolas”, “Y Cuando Fuimos Los Mejores”, y “El Ritmo del Garage”.
De su último disco titulado “Balmoral” de este año, el primero sin su banda Los Trogloditas, compañera de viaje del Loco por casi 30 años, sonaron: “Línea Clara” en una versión más pesada que la del disco, la excelente “Tatuados”, la emotiva “Cruzando El Paraíso” (gran letra) y personalmente la mejor canción de su último disco y una de las mejores de toda su carrera “Memoria de Jóvenes Airados” la que sonó perfecta y llevo a varios que escuchaban atentamente la voz de Loquillo al borde de la emoción (fui una de sus víctimas).
Y el cierre fue el previsto de antemano pero lo que ÉL no esperaba fue la gente cantar SU canción como si llegara el fin del mundo (o el ovni que nunca llego al final)-
Cadillac Solitario sonó por ultimo y todo el velódromo se largo a cantar llevándolo a Loquillo a la emoción.
Fue uno de los mejores shows que vi en mi vida. Y a causa de dicho recital pasé de ser un gran admirador de Loquillo a ser un Incondicional suyo. El si puede decir soy un rock star y nadie le puede decir nada después de dejar el alma en Uruguay.
Eso si me quede con las ganas de escuchar en vivo solamente estos versos: “Me verás en los carteles para hacerte irme detrás/ te creerás que soy alguien con un toque especial/ Soy un chico de la calle que vive su canción/ también me emborracho y lloro cuando tengo depresión”

BUITRES (O COMO CERRAR UN FESTIVAL)
El cierre del festival patrocinado por la Telefónica Estatal estuvo a cargo de Buitres Después de la Una.
Show nada fuera de lo normal, excepto por el estado de los miembros del grupo el cual estaban un tanto “más alegres” lo cual hizo que el show fuera más divertido (me perdí la mayor parte de show controlando a Parodi para ver en qué momento se caía y también viendo las proyecciones que surgían en las pantallas gigantes del escenario).
Se mandaron una lista de unos 20 temas y que si era por Parodi lo hacían de 40.
Arrancaron con “El Cazador” y el cierre estuvo a cargo de ¿adivinen cual?. Si ese mismo.
Entre otras canciones estuvieron “Canción de Navidad”, “Ojos Rojos”, “Es Decir” (dedicada por Gabriel Peluffo a Idea Vilariño), “Canción de Cuna” “La Oportunidad”, “Setenta Puñales”, “El Baile del Caballo/Nunca Cantaron Mejor”, “Soy del Montón” la cual se la dedicó a los periodistas críticos con Buitres “que a esta hora ya están durmiendo y no van a Minas ni a Salto ni a ningún lado” (algo así fue lo que dijo), “Mincho Bar”, “Carretera Perdida”, etc.
Y de Estómagos hicieron “Frio Oscuro” y “Avril”, la cual fue votada por el público en un concurso que se leía en una de las pantallas gigantes que decía “¿Con cuál tema queres que cierre Buitres? Y tres opciones. Por suerte venció el buen gusto y gano Avril por 431 votos. Eso sí: ¿tanta gente pelotuda hay que vota por canciones que se saben que van a tocar? Entre las tres opciones sumaron unos mil votos (mil pelotudos votando. contribuyendo a que Buitres tocara un tema que de por sí ya es uno de los últimos de sus recitales. Así esta Uruguay, amigos).
Y así cerraron el show. Se fueron, pero volvieron por los bises.
Y fue en los bises que vivimos el segundo momento histórico de la noche. Antes de tocar Cadillac Solitario, el vocalista de Buitres invitó al escenario a Loquillo y se mandaron una versión de esas que uno no se va a olvidar por el resto de su vida.
El maestro y sus alumnos más conocidos juntos. ¿Qué más se puede pedir?
Ah si, cerraron con Buitres pero no vi nada porque me colgué mirando la proyección que pasaban por las pantallas gigantes. Mientras Buitres cerraba con la canción homónima la pantalla proyectaba el monumento que está en Plaza Cagancha si no me equivoco, con un cielo naranja como de fin del mundo y unos cientos de buitres sobrevolando la cabeza de la pobre estatua prestos a atacar a la humanidad en las calles (algo asi como una versión montevideana de alguna escena de algún film del gran Hitchcock).
En fin, dos dias de mucho rocanrol que van a quedar en el recuerdo de todos los que fuimos. Mil anécdotas que contar (y el ir con amigos es así nomas).
Un fin de semana de la puta madre y la clásica garganta deshecha.
Por suerte a pesar del tiempo algunas cosas nunca cambian.
MARTIN GULARTE