Para ser un Ciudadano Tipo de la ciudad de Bella Unión, uno debe cumplir con los siguientes requisitos:
APODOS- Primero que nada debe aceptar que no se lo llame nunca por el nombre propio con el que fue bautizado o el que consta en su documento de identidad, se le va a otorgar un apodo. Este apodo no tiene nada que ver con los clásicos (ejemplo José=Pepe), el apodo que deberá adoptar como nombre propio, sale generalmente de una situación disparatada que haya vivido; puede salir también de algún comentario o palabra que haya dicho. En otros casos sale de sus características físicas. Se han dado casos en los que se toma como apodo, el heredado de sus mayores (hermano, padre o madre), por ejemplo al hijo del Galleta le dicen el Galletita. No debemos olvidar a los apodos ya más elaborados, que tienen como característica la debida explicación del porque del mismo; aclaro esto porque los otros apodos, generalmente, no son cuestionados sino simplemente adoptados. Uno de los más elaborados, a modo de ejemplo dice: Caballito de Mar, se dice del tipo al que todos lo tienen por ser el tal Caballo (tal caballo se refiere a un buen compañero) pero que en realidad es el tal Pescado (tal pescado es una persona de comportamiento sospechoso). Un ejemplo claro de un apodo salido de una situación vivida cuenta la siguiente historia. En una alegre clase de tercer año de escuela, la maestra escribe un poema en el pizarrón y les pide a los alumnos que copien el poema en una hojita. Les indica que deben poner el nombre del poema en la parte de arriba y el nombre del alumno debajo en la hojita. Por esas cosas que provocan la distracción de los gurises en un salón de clase, hubo uno que entendió al revés las indicaciones de la maestra y puso su nombre arriba del poema y al final firmo con el nombre del mismo, que era: Canción del Agua. Por el resto de sus días lo llamarían: El Canción del Agua.
EXPRESIONES- El ciudadano Tipo Bellaunionense debe saber usar en forma fluida en su lenguaje habitual, algunas de las expresiones locales.
Existen expresiones clásicas o típicas y de ocasión o modismos. Las clásicas o típicas son las que trascienden los años, no pasan de moda y ya son una marca registrada de quienes viven por estos lados. La más contundente es, por lejos, el: Mansa La Nutria (debe decirse acompañada del siguiente gesto: la mano que tenga libre, de puño cerrado, dejando libre y hacia arriba el dedo pulgar). Existen variaciones de esta expresión, tales como: Ta Mansa, Mansa la Burra, Mansita, Manso, Mansa la Boga (y algunas otras que profundizan aún más en la fauna autóctona). Esta expresión tiene como origen una situación vivida en una salida de caza y pesca de un grupo de amigos en un campamento. La leyenda cuenta que uno de los campamentisas, a esa hora de la siesta, cuando el campo queda más quieto y tranquilo, se encontraba con los pies en remojo a orillas de un arrollo mientras que otro compañero, a su lado, estaba pescando. Este individuo le pide en voz baja al otro, que le alcance el rifle; porque veía venirse en el remanso a flor de agua, los bigotes de una nutria. Tomo el rifle, apuntó, con toda esa ceremonia de actitud callada que se debe adoptar como buen comportamiento y aptitud para la caza, donde el protagonista es quien ha divisado la presa y tiene el arma para obtenerla. En esos segundos que quedan en el tiempo entre que se apunta y se efectúa el disparo, el hábil cazador comento en un susurro: Mirá, mirá… ta mansa la nutria… , y disparo. Pero disparo a lo que no era más que su propia bigotuda alpargata que se había ganado al agua.
Otro clásico, sin dudas, es el: Ley Sarney, de origen televisivo. Porque bajo el gobierno de Sarney en Brasil, en la red de televisión Red Globo, se anunciaban los logros del gobierno con un cierre de tanda que decía: Ley Sarney. De ahí se fue adoptando el Ley Sarney como una afirmación o cierre de trato positivo. Una variación es el Ley Sarney las Termas del Arapey, por la simple rima. Con el tiempo fue desapareciendo el Sarney quedándonos solo con el Ley, dando origen a derivaciones como el: Que Ley, Ley chiche, Ta ley y Leyquer.
Las expresiones de ocasión o modismos son adoptadas en mayor o menor grado por la población, y algunas tienen sus regionalismos dentro de los diferentes barrios de Bella Unión. Algunos de estos modismos son: al Bajo Nivel o el Alto Nivel, usados según se presente una situación positiva o negativa; es muy amplia la gama de situaciones en las que se pueden usar tanto el Alto como el Bajo Nivel. Este modismo comenzó a ser usado acompañado de la aclaración de quien lo dijo en primer término, ejemplo Alto Nivel, dijo el Nequi. Refiriéndose, en definitiva, a la persona que lo impuso. Una variación es el: Alto Lujo. Antes de perderse en palabras conocidas para decir que estamos de acuerdo con…, o me sumo a las opiniones vertidas…, o para mí esta bien lo resuelto, decimos simplemente Alto Nivel.
Otra expresión de ocasión es el: No me dí cuentí, que responde al modismo de hablar cambiándole la terminación de las palabras a la bocal "i". El No me dí cuentí sería, normalmente: No me di cuenta; pero dicho transformado con la "i" al final, gana el valor de querer decir que: sí me di cuenta. Hoy se lo usa sin el cuentí, entonces al comentario de uno que diga, por ejemplo:
- Mañana domingo, si está así de lindo, yo me voy bien manso para los pinos.
El otro responde simplemente:
- No me dí…
Unas variaciones a este son: No me dí no me doy, No me dú y No me di mis pasos y caí en tus brazos cargado de amor (con claras referencias a la canción).
PERSONAJES- Se debe conocer, por lo menos a uno de los varios personajes populares de nuestra ciudad, y se debe saber y poder relatar una historia de este personaje. Están los personajes que quedaron atrás en el tiempo, dueños de una historia que todavía deja carcajadas cuando se relatan sus aventuras locales; están los personajes generacionales que marcaron presencia e influencia en dichos y expresiones sobre cierta camada de pobladores y están los personajes vigentes o los que perduran en el tiempo. Uno de los aún vigentes, que renuevan su producción de historias para posteriores relatos de rueda de amigos, es el popular Loco Calito. Un inofensivo muchacho portador de algún tipo de retardo, que recorre las calles imitando el sonido de una sirena, montado sobre exóticas bicicletas de reparto, o con equipos de propaganda callejera anunciando el baile del próximo fin de semana. Se debe conocer y saber relatar alguna historia protagonizada por Calito, como la que cuenta cuando a Calito se le encomendó bañar a un perro cuyo dueño era quien lo apadrinaba a Calito, éste tomo el perro por la correa sujetada al collar y salió caminando en dirección al río. Pero cuando había andado solo media cuadra desde la casa del propietario del perro, se encontró frente a un lavadero de autos, entonces fue cuando se le ocurrió la maravillosa idea. Como estos personajes gozan de gran popularidad, Calito no tuvo problemas de entrar y pedir un momento la maquina hidrolavadora, que no se le negó bajo esa complicidad de quienes se dan cuenta que están a punto de ser testigos de una buena situación para poder relatar de primera mano (para no decir que en realidad nada interesante había sucedido en la tarde de un enero cualquiera). Entonces ato el perro y le dio un baño de alta presión semi-rasurador que dejó al canino, seguramente muy limpio, pero con menos pelo que antes y en un estado alterado de nerviosismo que le valió a Calito el rotundo retiro de cariño y estima por parte del canino, que después del baño, cada vez que lo veía a Calito corría despavorido a esconderse en el lugar más retirado y seguro posible.
Podríamos mencionar también la amplia trayectoria de los Carará. Todos ellos hermanos de diferente fama si se los conoce por separado, hijos del también popular ya fallecido Da Rosa y la Bicicleta Colorada, su mujer. Antes de pasar a relatar sobre los Hermanos Carará podemos acotar una breve historia sobre Da Rosa. Operario del ingenio azucarero Da Rosa, al ser todo un personaje, gozaba siempre de alguna espontánea cargada de algún compañero de trabajo. Cuenta la anécdota que se le informo a otro operario que Da Rosa tenia para la venta en su domicilio, una hermosa bicicleta colorada. El interesado acudió al domicilio de Da Rosa preguntando si era ahí que tenían para la venta una bicicleta colorada, a lo que se le respondió con un formal: vete, vete que te cacharon.
Los Carará son reconocidos por todos por sus anécdotas y también por su incondicional presencia en todo cuanto acto publico o actividad popular se realice en la cuidad, en una especie de omnipresencia humana, ellos siempre están; inclusive muchas veces trabajando. Cargando cajones, envases, equipos de audio, cables, limpiando o barriendo. Es tan fuerte el vínculo social que tiene que son capaces de doblegarse y convertirse en relatores, locutores o cantores si se les acerca un micrófono; obviamente para el deleite de los oyentes. En este ámbito de las comunicaciones los Carará tienen un clásico, que es: los niños cantores de la quiniela, quien no los ha escuchado repasar los veinte premios del azar en una maratón de números ilógicos: … pirmer premio ochocientos veinticinco, repito: cuatro, tres, cinco !!
Seguramente usted encontrará algunos otros requisitos necesarios para ser un ciudadano de estas inmediaciones, como por ejemplo: haber comido caña de azúcar, haber comprado en la Barra, haber ido a un corso, etc. etc., pero nos quedamos con lo repasado en esta nota y no se quede usted sin la posibilidad de ser un legítimo ciudadano hijo de esta Bella Unión.